septiembre 29, 2017

“La obesidad hoy en día es un problema que afecta a los más pobres”

La investigadora Dora Romaguera recomienda eliminar de la despensa todos los alimentos procesados Sigue leyendo

Más de 400 millones de personas padecen diabetes en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Desde 1980, el número de afectados se ha cuadriplicado. La escalada de la enfermedad, que ya afecta al 8,5% de la población, ha traído consigo la proliferación de estudios científicos. Por ejemplo, el de la doctora Dora Romaguera (Palma de Mallorca, 1979), que pretende determinar si la combinación de la dieta mediterránea con actividad física y una pérdida de peso moderada puede constituir una estrategia óptima para prevenir y tratar la diabetes de tipo 2 — cuando el nivel de azúcar en la sangre porque el organismo presenta resistencia a la insulina.

Romaguera es investigadora de epidemiología nutricional y fisiopatología cardiovascular del Instituto de Investigación de las islas Baleares y ha sido galardonada con el premio jóvenes investigadores de la Fundación AstraZeneca. Para ella, llevar una dieta saludable sin alimentos procesados es fundamental para prevenir enfermedades.

Pregunta. ¿Cómo ayuda la dieta mediterránea a prevenir la diabetes de tipo 2?

A medida que adquieren una mayor adherencia las personas a la dieta mediterránea y disminuyen de peso, mejoran mucho algunos marcadores de diabetes

Respuesta. Hay muchos componentes de la dieta que ejercen factores beneficiosos. Por un lado, está el elevado contenido de frutas y verduras o el pescado azul. Por otro, el bajo contenido de alimentos procesados como los refrescos azucarados. En nuestra investigación contamos con una muestra de campo de 6.800 participantes. A medida que adquieren una mayor adherencia a la dieta mediterránea y disminuyen de peso, mejoran mucho algunos marcadores de diabetes como la hemoglobina glicosilada. A la larga, algunos pueden llegar a disminuir su medicación, sobre todo en los casos de prediabetes.

P. Hace años este tipo de diabetes era común en adultos mayores de 50 años. En la actualidad es cada vez más frecuente el diagnóstico de esta patología en niños y adolescentes. ¿Por qué? 

R. Esto se debe a la obesidad, que afecta a millones de personas cada vez en edades más tempranas. La obesidad y la diabetes son enfermedades que están asociadas. En el origen de la obesidad hay un factor ambiental: influyen los cambios en los estilos de vida. Cada vez hay niños más sedentarios por la urbanización. A esto se le suma la alimentación poco equilibrada. También hay un factor genético. El estado de obesidad de la madre, el desarrollo de diabetes gestacional o su dieta durante el embarazo predispone al niño a desarrollar en el futuro obesidad o diabetes. Lo cierto es que la obesidad suele ir en familias: sueles ver a padres obesos que tienen hijos obesos. Es difícil saber si es por el ambiente en la casa, es decir, el tipo de alimentación, o porque la madre está obesa en el embarazo.

Es recomendable tomar alimentos de temporada que crecen en nuestro entorno porque son más económicos y por motivos medioambientales

P. ¿Puede la dieta mediterránea ayudar a prevenir otro tipo de enfermedades?

R. Aparte de prevenir la diabetes, la obesidad y la enfermedad cardiovascular, esta dieta también es eficaz en la prevención del cáncer de mama en las mujeres, el cáncer colorectal o enfermedades como el deterioro cognitivo o la depresión.

P. ¿La calidad del producto y la forma de cocinarlo pueden alterar los beneficios de la dieta mediterránea?

R. Los alimentos ecológicos nutricionalmente son similares a los no ecológicos, pero estos últimos pueden tener un mayor nivel de pesticidas. Es recomendable tomar alimentos de temporada que crecen en nuestro entorno porque son más económicos y por motivos medioambientales. Los métodos de cocción también son importantes. Las carnes quemadas se asocian a un riesgo de cáncer de colon. Por otra parte, se recomienda tomar crudas las frutas y verduras al menos una vez al día.

P. ¿Cuál sería el menú ideal para un día de la dieta mediterránea?

R. Los platos tradicionales de la dieta mediterránea se basan en una composición en la que al menos el 50% son vegetales, el 25% de alimentos ricos en hidratos de carbono como podría ser pasta, arroz, pan y el otro 25% en alimento proteico como podría ser pescado, huevo, pollo o legumbres. Esto sería una composición ideal. No es tanto qué comer sino qué no comer. Tenemos que intentar eliminar de nuestras despensas todos los alimentos procesados, los refrescos, las galletas o los cereales del desayuno. Un buen desayuno o una buena merienda sería el pa amb oli, es decir, pan moreno, con tomate y aceite de oliva.

P. ¿Cómo pueden las instituciones públicas fomentar la dieta mediterránea?

R. Hay que educar a los niños nutricionalmente. Los comedores escolares deben ofrecer menús equilibrados. También las máquinas expendedoras. Un estudio que ha analizado el contenido nutricional de estas máquinas revela que solo tres de sus productos cumplen los criterios nutricionales adecuados, entre ellos el agua. Sería importante que las máquinas pudieran dar frutas. Hay que tomar al menos tres porciones al día, lo que es complicado. Por lo tanto, debería estar más accesible tanto en el trabajo como en los colegios, incluso cortada para que fuera fácil para los niños y no les diera pereza comerse la manzana entera. También se podrían tomar otras medidas. Por ejemplo, hay colegios que ya tienen un día de la fruta a la semana. Sería ideal que todos los días fueran así.

P. ¿Y qué se puede hacer para concienciar a los adultos?

R. A ellos también les falta mucha educación nutricional. Se podrían hacer campañas de concienciación. Considero que hay mucha confusión hoy con el acceso a internet y los medios de comunicación. A veces la gente lee que el café es bueno. Pero luego, al cabo de dos días, lee que es malo y se confunde. No obstante, la gente está más concienciada con tener que llevar un estilo de vida saludable no solo para perder peso. Hace 15 años hablabas de dieta y la gente pensaba solamente en adelgazar. Ahora está más interesada en saber qué es sano y qué no es sano para la salud.

P. ¿Qué repercusión tienen las investigaciones sobre la dieta mediterránea a nivel internacional?

R. La dieta mediterránea se ha incluido en las directrices dietéticas americanas como un patrón de dieta recomendable a seguir. En general se está produciendo un cambio de paradigma en las directrices dietéticas de todo el mundo. Ya no se centran en nutrientes o alimentos específicos. Antiguamente nos decían: “Disminuye la grasa saturada, disminuye el azúcar simple”. Son mensajes que a la población le cuesta asumir. Ahora se están recomendando patrones con bases en común: “Toma un contenido elevado de productos de origen vegetal mínimamente procesados y un contenido bajo de alimentos procesados”.

P. En algunos lugares como en México, el Gobierno implementó en 2013 un impuesto a las bebidas azucaradas y a los alimentos no saludables. En España, solo Cataluña ha aplicado un impuesto a este tipo de bebidas. ¿Es una buena medida para prevenir la obesidad?

R. En México este impuesto ha supuesto una disminución en el consumo, sobre todo en las clases con menos recursos económicos. Esto es interesante porque la obesidad hoy en día es un problema que afecta a los más pobres. Esto se debe a que los alimentos altamente procesados son los más baratos. Aún no sabemos el efecto a largo plazo. Estas medidas son positivas sobre todo si lo recaudado luego se invierte en hacer campañas de concienciación, promover alimentos saludables o bajar sus impuestos.

P. ¿Cómo se puede seguir la dieta mediterránea de la forma más económica posible?

R. El aceite de oliva virgen extra o el pescado azul son caros. En las islas Baleares la gente humilde ha seguido una dieta mediterránea durante muchos años. ¿Cómo? Tomando alimentos de temporada. Si quieres comprar rape o salmón va a ser caro, pero si vas al mercado y compras el pescado que hay en ese momento será mucho más barato. Consiste en saber cuáles son los alimentos de temporada.

  • Texto: ISABEL RUBIO (EL PAIS)
  • Foto: CLAUDIO ÁLVAREZ
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