septiembre 12, 2018

Las tensiones entre Lorenzetti y la Casa Rosada antes de su renuncia

El ex titular del máximo tribunal tuvo más de un cortocircuito con la gestión de Cambiemos. La guerra con Carrió. Sigue leyendo

Diez días habían pasado desde el almuerzo a solas entre el presidente Mauricio Macri y el titular de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, cuando el máximo tribunal apuntó al Ejecutivo con una acordada en la que reclamaba una mayor partida presupuestaria. Corría junio pasado y en la Rosada el gesto cayó pésimo. Quien entonces salió a aclarar los tantos fue el ministro de Justicia, Germán Garavano, explicando cómo venía el tema de dinero y agregando que la misma mañana del día en que el tribunal sacó su comunicado, representantes de la administración del organismo habían estado reunidos con funcionarios de Hacienda y que entonces no había habido reclamos. Dirigida al Jefe de Gabinete, Marcos Peña, la misiva fue interpretada por varios como una “devolución de favores”, después de que tras el almuerzo entre Macri y Lorenzetti corrieran los rumores sobre su paso al costado de la presidencia del máximo tribunal. Esas versiones fueron entonces rápidamente desmentidas por fuentes del Palacio de Tribunales, pero el daño pareció estar hecho.

No era la primera diferencia entre los edificios de Talcahuano al 500 y Balcarce 50, pero si fue la más fuerte. En el medio de la relación entre Lorenzetti y el Ejecutivo siempre funcionó como un detonante la figura de Elisa Carrió apuntando, todos sus dardos contra el magistrado. El primero de los encontronazos llegó apenas unos días después del arribo de Cambiemos al poder. Era enero de 2016 y entonces Lilita lo denunció junto a Héctor Marchi, responsable de la administración de la Corte, por presunto enriquecimiento. La causa se cerró a la velocidad de la luz, pero Carrió no se desalentó. Su última avanzada fue hace apenas unos días, por las presuntas irregularidades en la construcción de la Morgue Judicial de la Nación. En el medio estuvo la presentación del pedido de juicio político, en 2017, apenas unos días después de que la juez María Servini declarara en las páginas de PERFIL que sabía que Lorenzetti había “apretado” jueces para que le cerraran causas. La ampliación del pedido de juicio político se produjo este año. El Ejecutivo nunca intercedió por el tema. De entrada explicaban que no apoyarían a Carrió, pero aclaraban que tampoco la detendrían. “Es una relación bilateral, algo entre ellos dos”, resumían.

En medio de esa última avanzada se produjo la visita del Jefe de Gabinete, Marcos Peña a la Corte. Era abril y la  llegada de uno de los hombres más fuertes del Ejecutivo generó una suerte de bocanada de aire fresco en el Palacio de Tribunales. Entonces se celebraba que el hombre de máxima confianza del Macri, advirtiera que iba a volver mensualmente a reunirse con los cinco ministros. Un detalle que entonces no pasó desapercibido y al que se le se sumó el trato que planteó el funcionario: parejo entre los magistrados. En clima, “se pasó de una Corte presidencialista a una Corte parlamentarista”, sintetizaron ante PERFIL fuentes del organismo. Se hablaba de un “nuevo camino”, que ahora la Corte, con la llegada de Rosenkrantz, con su perfil más técnico que político y más horizontal que verticalista, parece haber sido elegido como para comenzar a desandar.

  • Texto: CECILIA DEVANNA (PERFIL.COM)
  • Foto: NA
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