junio 18, 2018

Macri nombra presidente del banco central a su ministro de Finanzas

La designación de su mano derecha en materia económica, Luis Caputo, pone en entredicho la independencia del instituto emisor Sigue leyendo

El ministro de Finanzas de Argentina, Luis Caputo, amigo íntimo del presidente Mauricio Macri, es el nuevo presidente del Banco Central, entidad emisora de moneda y responsable de la política de control de la inflación. Caputo será el sustituto de Federico Sturzenegger, que ha abandonado el cargo que ocupó desde el primer día de gestión de Macri, el 10 de diciembre de 2015, en el marco de una crisis financiera que ha llevado al Gobierno a solicitar ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI). La designación de Caputo cierra una semana en la que el dólar pasó de 26,40 pesos el lunes a más de 28 pesos el viernes. La salida de Sturzenegger es la primera consecuencia política de la crisis. La relación personal de Caputo con el Presidente y su marcado perfil político ponen ahora en entredicho la independencia del Central.

Sturzenegger presentó su dimisión al Presidente durante una reunión del gabinete económico en la residencia presidencial de Olivos, en las afueras de Buenos Aires. En un largo texto, que el propio Sturzenegger publicó en Twitter, el economista agradeció a Macri la oportunidad que le ha dado en su Gobierno. Pero al mismo tiempo, atribuyó su salida a un problema de credibilidad. «En los últimos meses diversos factores fueron deteriorando mi credibilidad como Presidente del Banco Central, atributo clave para llevar adelante la coordinación de expectativas tan importante en la tarea que se me había encomendado», escribió Sturzenegger.

Entre esas expectativsa estaba el control de la inflación mediante una política de restricción monetaria y altas tasas de interés. La estrastegia fracasó en 2017, año que cerró con una subida del IPC del 24,8%, un 46% más de lo previsto por el banco central. La meta para 2018 era de 10%, pero ya en diciembre del año pasado el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, flexibilizó esa previsión y la subió hasta 15%. En aquel momento se interpretó el cambio como un golpe a la credibilidad de Sturzenegger, pero el funcionario se mantuvo en su puesto. La crisis cambiaria de mayo terminó por definir su suerte.

Mayo fue un mes de depreciación del peso. El dólar pasó en pocos días de 22 a más de 25 pesos y, cuando se encendieron las alarmas, Sturzenegger decidió subir las tasas de interés hasta 40%. En medio de la crisis se anunció el pedido de rescate al FMI, confirmado cuatro semanas después por un monto de 55.000 millones de dólares. Pero no fue suficiente. Durante los últimos días, el dólar volvió a subir y superó la barerra de los 28 pesos, su valor más alto desde la salida de la convertibiliad, en enero de 2002. La inflación, en tanto, no deja de crecer. Las previsiones más optimistas auguran que en diciembre estará por encima del 25% y la esperanza del Gobierno es ahora que no supere, al menos, la registrada el año pasado.

Ante este escenario, Macri decidió sacar a Sturzenegger y poner en su lugar a Caputo, a cargo, hasta ahora, de conseguir financiamiento externo. El rescate otorgado por el FMI dejó casi sin trabajo a Caputo y sin función al ministerio de Finanzas, que ahora se fusionará con rango de secretaria al ministerio de Hacienda. En una rueda de prensa previa a la apertura de los mercados, Dujovne dijo que  el ingreso de «un miembro de Ejecutivo no viola la independencia del BCRA. Y admitió que el problema de Sturzenegger es que había perdido la confianza de los mercados.

Macri nunca desairó en público a Sturzenegger. Incluso lo sentó al lado de Dujovne cuando la semana pasada se anunció el acuerdo con el FMI, que lleva la firma de ambos. Pero el exgobernador del banco central sabía que su independencia estaba mermada, como lo puso luego en claro en su carta de renuncia.

Un hombre del Presidente

Caputo está también desde el primer día de la gestión de Macri y durante su primer año como secretario de Finanzas negoció el pago a los «fondos buitre», como se llamó a los inversores que no aceptaron el canje de sus títulos argentinos dispuesto por el kirchmerismo y siguieron adelante con sus demandas. Luego, en diciembre de 2016, con el desdoblamiento del ministerio de Economía en Hacienda y Finanzas, alcanzó rango de ministro. Caputo es un hombre de excelentes relaciones con los mercados y se lo considera un hábil negociador, todo lo contrario del perfil técnico de su antecesor.

La misión del nuevo gobernador , un hombre formado en Wall Street, será recuperar la confianza de los mercados, que no detuvieron sus ataques especulativos contra el peso pese al acuerdo con el Fondo. Su primer desafío será determinar el destino de los 15.000 millones de dólares que ingresarán al Tesoro como desembolso inicial del crédito con el FMI. El segundo, y el más complejo, será cumplir con las nuevas metas de inflación que se impuso el Gobierno. Perdida la batalla en 2019, la intención será cerrar el año próximo con una subida de 17%, otro 13% en 2020 y un 9% en 2021.

  • Texto: FEDERICO RIVAS MOLINA (EL PAÍS)
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