septiembre 12, 2018

Mauricio Macri resume en una foto el apoyo peronista al ajuste fiscal

El Presidente recibe en la Casa Rosada a los gobernadores, claves para el apoyo parlamentario del presupuesto de 2019 Sigue leyendo

Mauricio Macri obtuvo lo que buscaba: una foto que muestra a los inversores que tiene el apoyo de los gobernadores de las provincias, dueños del poder político en Argentina, para ajustar las cuentas y reencauzar la economía. El Presidente los recibió esta tarde en la Casa Rosada y coronó el encuentro con una foto de familia como evidencia. La asistencia fue buena: 18 de 24 gobernadores, de los cuáles 13 fueron opositores del peronismo no kirchnerista y el resto del oficialismo. El Gobierno necesita como nunca al peronismo. Si sus líderes regionales se rebelan, Macri no podrá aprobar el presupuesto de 2019, un texto que definirá quién paga la cuenta del ajuste fiscal que prometió al Fondo Monetario Internacional (FMI).

La discusión del presupuesto del año próximo se ha convertido en una cuestión de Estado en Argentina. La crisis del peso se fue de control el 31 de agosto pasado, cuando el peso se depreció 16% en una sola jornada y el Banco Central elevó 15 puntos la tasa de referencia, hasta el 60%. El descalabro de todas las variables dejó patas para arriba el acuerdo con el FMI firmado en junio y obligó a Argentina a negociar uno nuevo. Para convencer al Fondo, Macri ofreció aún más ajuste, con el adelanto a 2019 del déficit primario cero (el saldo antes de pagar las obligaciones de deuda) que había prometido para 2020. La intención es convencer al mundo de que el país sudamericano reducirá de una vez su dependencia del dinero externo. Pero no puede eliminar el rojo fiscal si no tiene el apoyo opositor.

El presupuesto que Macri enviará el lunes próximo al Congreso incluye un recorte de gastos de 400.000 millones de pesos (10.526 millones de dólares), de los cuales 100.000 millones (2.630 millones de dólares) corren por cuenta de las provincias. Los gobernadores están dispuestos a asumir los subsidios a las tarifas de servicios públicos y el transporte. Está por verse aún si también aceptan el fin del llamado Fondo Solidario Federal, que obliga al Gobierno nacional a repartir el 30% de los ingresos provenientes de los impuestos a las exportaciones de soja. A cambio de semejante esfuerzo, Macri ha prometido que también habrá ajuste por el lado de los ingresos, con una subida de impuestos a los sectores más ricos.

El mapa político que enfrenta el Gobierno es complejo. Controla sólo cinco de las 24 gobernaciones del país y está en minoría en el Senado, donde las provincias están representadas por tres legisladores cada una. Sin esos votos, la reducción del gasto será imposible. Los gobernadores opositores se reunieron hoy temprano para acordar qué reclamos llevarán a Macri: le recordarán que la mayoría de ellos cerrarán este año con superávit fiscal y que el peso del ajuste debe caer sobre el Gobierno nacional. Pero apoyarán.

“Es una decisión tomada de todos los gobernadores de que hay que discutir un presupuesto equilibrado”, dijo el gobernador de Salta, José Manuel Urtubey, líder de los peronistas «dialoguistas», al final de la reunión previa al encuentro con Macri. Los líderes provinciales recibieron durante la tarde al ministro de Interior, Rogelio Frigerio, a cargo de las negociaciones por el lado de la Casa Rosada. «Es importante contar con el respaldo de la mayoria de los gobernadores para contar con presupuesto equilibrado, en el que por primera vez los recursos alcancen para pagar los gastos», dijo Frigerio.

El encuentro previo de los gobernadores coincidió con otro también relevante. Macri encabezó la primera reunión de toda la tropa oficialista desde el inicio de la crisis. Esas citas, multitudinarias, se realizan en un centro de convenciones y sirven al Presidente para unificar discursos y metas. Pero cuando arrecia la tormenta, se usan para levantar el ánimo de los colaboradores. Macri insistió ante 800 personas de su círculo de poder que los males actuales son culpa de las turbulencias de un mundo que ya no cree en las economías emergentes y busca refugio en mercados más seguros. Esta vez, sin embargo, hizo una mención a la crisis de 2001, aquella del corralito, saldada con la huida de Fernando de la Rúa a bordo de un helicóptero desde la terraza de la Casa Rosada.

“Sin Cambiemos en el Gobierno, esta tormenta hubiese destruido hasta el último cimiento de la Argentina como pasó hace 17 años», dijo. Y si eso no pasó, fue “porque hoy tenemos un Gobierno con una convicción clara y que tiene un vínculo muy fuerte con el mundo». “Nunca en su historia la Argentina ha tenido este nivel de apoyo político de los principales países del mundo”, agregó el Presidente. Es cierto que Macri tiene el apoyo político de los países más poderosos, como Estados Unidos. El mismo Donald Trump habló con el argentino la semana pasada, en el inicio de las nuevas negociaciones con el FMI. El desafío de Macri es replicar ese apoyo externo con un pacto interno que garantice la gestión de la crisis.

  • Texto: FEDERICO RIVAS MOLINA (EL PAÍS)
  • Foto:
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