mayo 2, 2018

«No hay que ser transgénero para ponerse en mi lugar»

Daniela Vega: reflexiona sobre su año triunfal y sobre la película que le cambió la vida: ‘Una mujer fantástica’ Sigue leyendo

El sonido de un piano clásico marca rítmico un La. De repente, una flauta travesera rompe el paso haciendo virguerías y filigranas, hasta que un harpa nos transporta al mundo onírico en el que se desarrolla ‘Una mujer fantástica’. Esta descripción de la banda sonora que creó Matthew Herbert para la película, aunque torpe, es la más útil para entender a la mujer que lleva sobre sus hombros el peso del filme. Daniela Vega es de esas personas que parecen no pisar el suelo y que tienen más respuestas que preguntas. Ella, sin dejar de lado la elegancia, se rebaja el perfil en buen chileno: «Lo único que hago es tomar harto café, no más».

La actriz, protagonista absoluta en la quinta edición de los premios Platino, se confiesa «abrumada» por la fama súbita que le ha proporcionado la película. Cinco premios para la cinta, entre ellos el de mejor actriz y mejor largometraje, que se suman al Oscar a la mejor película en lengua extranjera y al Goya a la mejor iberoamericana. Precisamente en la entrega de este último galardón, las tres palabras del discurso de Vega dieron la vuelta al mundo: «Rebeldía, resistencia y amor», dijo la actriz en Madrid, y ahora explica: «Son las tres características con las que pude construir mi personaje. Son tres características muy presentes en las mujeres que me rodean, como mi madre, pero también creo que son universales porque no hay que ser transgénero para ponerse en mi lugar o en el de mi personaje. A todos nos han rechazado en el amor, ¡bienvenidos a la empatía!».

Ni siquiera el resbalón que sufrió camino de recoger su Platino pudo eclipsar su presencia, el cierre a 14 meses de reconocimientos: «Por supuesto, a uno le encanta participar en los Oscar, pero todos los premios son importantes. Cada uno de ellos significa que alguien pensó en ti para dártelo y eso es un tremendo acto de cariño y amor por tu arte». En Los Ángeles, Vega presentó la actuación de Sufjan Stevens, pero se queda con la experiencia detrás del escenario: «Todo fue precioso, porque había un gran clima de sororidad. La que más interés mostró por mí fue Lupita Nyong’o, pero Frances McDormand también se acercó a felicitarme y me puse hasta nerviosa», confiesa.

La intérprete chilena, que no repitió vestido en ninguno de los cuatro actos que marcó el contexto de la Riviera Maya, se declara una modista en potencia, aunque ahora mismo está centrada en un nuevo libro autobiográfico y el estreno de una producción teatral allende Los Andes. «Al final, el cine es un lugar en el que me permitieron trabajar sin preguntarme de dónde venía ni a dónde quería llegar», relata Daniela Vega, que también canta y ha aprovechado la película para convertirse en un autentico referente político en su país: «Creo en un feminismo dialogante. Se trata de abrazar la experiencia femenina y sentirse cómoda en ella. Agarrar esa diversidad en la que vivimos las mujeres y hacernos fuertes porque todas somos resistentes», afirma.

Esta ‘mujer fantástica’ no sólo se queda en palabra ornamental ni en reminiscencia a Gabriela Mistral, si no que se apoya en hechos. Chile, uno de los países más sorprendentemente conservadores de América Latina reguló el aborto hace apenas unos meses y hasta la trágica muerte de Daniel Zamudio en 2012 no existía ningún tipo de ley que tratara con los crímenes de odio. Este joven de 24 años que fue apaleado hasta la muerte por ser homosexual despertó la conciencia de la sociedad chilena y sus ecos son el terremoto previo a la réplica de Daniela Vega. Justo antes de ser nombrada una de las 100 personas más influyentes del mundo, la actriz transgénero se reunió con la Presidenta Michelle Bachellet. A la salida, las palabras del activista Daniel Ríos lo dejaban todo meridianamente claro: «El trabajo de Daniela le ha demostrado a este país que no hace falta un hecho atroz para cambiar las cosas y que se puede conseguir a través del arte y la cultura».Vega, que se emociona ante el recuerdo aún reciente, dice ser «consciente de que muchos detestan esa presencia mediática», pero que el secreto es rodearse de los suyos.

La composición de Matthew Herbert termina con la misma nota en La, una blanca repetitiva en binario, a modo de invitación a la calma después del huracán melódico. La charla con Daniela Vega termina con ella siendo seguida y arropada por decenas de periodistas iberoamericanos, que le preguntan en español, en portugués y en bucle qué significa el éxito de ‘Una mujer fantástica’. Ella, con una respuesta tan guionizada como perfectamente interpretada, remata: «Se trata de darle herramientas a la gente joven y de hacerlo lo antes posible».

  • Texto: MATÍAS G. REBOLLEDO (EL MUNDO)
  • Foto: EFE
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