abril 28, 2017
«América todavÃa es un adolescente»
Lionel Shriver se imagina el fin del imperio americano en ‘Los Mandible’, una novela terrorÃficamente plausible en la que el presidente es latino, el dólar se desploma y el sistema colapsa Sigue leyendo
La escritora Lionel Shriver.
El año es 2029. El dólar se ha devaluado, acosado por el báncor, una nueva divisa global ideada para humillar a los Estados Unidos. China es el nuevo lÃder global y como tal, se ha apropiado del prefijo telefónico 1. La escasez se hace un poco más insoportable cada dÃa: sólo hay agua para ducharse una vez a la semana, el precio de la col ha trepado hasta los 20 dólares, los refugios de Nueva York no dan a basto. Ante la situación de emergencia, el gobierno decide requisar las fortunas y cerrar fronteras. México levanta un muro para protegerse de los americanos que tratan de huir. El presidente, un latinaomericano populista, decide requisar todo el oro, casa por casa, ante la falta de liquidez. Asà de catastrófica se presenta la novela número 13 de Lionel Shriver, Los Mandible. Una familia: 2029-2047 (Anagrama) una distopÃa escalofriantemente familiar que imagina el colapso del imperio de los Estados Unidos. Un final que Shriver, la autora de Tenemos que hablar de Kevin y El mundo después del cumpleaños ve cerca y no como algo necesariamente malo.
- En ‘Los Mandible’ se habla mucho de economÃa. ¿Tiene algo que ver con lo que pasó en 2008?
- SÃ, aunque yo dirÃa que tiene que ver con lo que no sucedió en 2008. Por aquel entonces nos acercamos mucho al colapso fiscal, pero nos las apañamos para recomponerlo todo y seguir como si nada. ‘Los Mandible’ habla de lo que no pasó en 2008 y acaba pasando.
- Vivimos con el miedo perpetuo a que internet colapse. En la novela, que empieza en 2029, eso ya ha sucedido en 2024, pero el colapso del dólar tiene consecuencias mucho más dramáticas. ¿Es el gran sÃmbolo?
- SÃ, lo es. Me interesa mucho lo dependiente que es nuestra civilización de una moneda funcional. La verdad es que el tema de la economÃa siempre me aburrió pero cuando nos acercamos al apocalipsis, de repente me pareció interesante. Hicieron que me interesara la economÃa, a pesar mÃo.
- Lo que más asusta es que el escenario que plantea es muy plausible. No es una distopÃa dramática a lo ‘En la carretera’ de McCarthy… de hecho, la novela es familiar y hasta graciosa.
- Una de las mejores cosas de escribir es que tú eres la que escoge el tono y qué chistes contar. Desde el principio tuve claro que querÃa ser completamente realista. 2029 no queda demasiado lejos. QuerÃa crear la impresión de es algo que nos puede suceder a todos. La mayorÃa de novelas distópicas se sitúan lo suficientemente lejos en el tiempo como para que no te sientas verdaderamente amenazado. Sin embargo, es bastante probable que estemos vivos en 2029.
- Entonces, ¿ha escrito una novela realista o una distopÃa?
- DistopÃa significa que la realidad es disfuncional. Bajo esa premisa, todos vivimos en distopÃas. Asà que supongo que es una novela clásica distópica.
- Y sobre el fin del imperio.
- SÃ, lo que me interesaba era subrayar que hay cosas buenas en el final del imperio americano. La caÃda en desgracia de Estados Unidos es algo incómodo para el americano en general, porque nos creemos el mejor paÃs del mundo, pero no creo que sea tan malo. Hay una cualidad cultural en los paÃses postimperiales que admiro. Sólo hace falta fijarse en Bélgica, Inglaterra, España, Italia, Portugal… han pasado por algo muy grande y han salido por el otro lado. Sigue habiendo un orgullo, tienen logros en su historia, pero han pasado por una dosis de humildad que les da una visión más proporcionada de cuál es su lugar en el universo. Creo que eso es lo que deberÃa pasarle a Estados Unidos. Es algo parecido a hacerse mayor, madurar. Hay paÃses que van de adultos y en realidad no lo son. América todavÃa es un adolescente.
- Texto: LETICIA BLANCO (EL MUNDO)
- Foto: ANTONIO MORENO