diciembre 26, 2016
«Cuba será más como las otras sociedades modernas: mucha economÃa, poca mÃstica»
Jon Lee Anderson, escritor y periodista de la revista The New Yorker Sigue leyendo
El periodista Jon Lee Anderson.
Cinco años -tres de ellos, viviendo en Cuba- le llevó al periodista de la revista The New Yorker Jon Lee Anderson escribir su libro Che Guevara: una vida revolucionaria. El régimen de Fidel Castro le abrió sus archivos, y la viuda de Guevara, Aleida March, rompió su silencio de décadas para hablar con él. El resultado es lo más parecido a una biografÃa canónica del guerrillero, y una visión inédita de la polÃtica interna del castrismo.
Anderson descarta en su libro la idea, muy extendida, de que Fidel Castro rompió con Guevara y le abandonó a su suerte en Bolivia. Su tesis es que ambos se repartieron los papeles. AsÃ, Guevara expresaba en voz alta el fervor revolucionario de Castro, que éste no podÃa hacer público debido a su cargo. Y es que, mientras el guerrillero de origen argentino habÃa renunciado a sus cargos en Cuba y podÃa ir ‘por libre’, Fidel Castro tenÃa que encargarse de las realidades polÃticas de Cuba en plena Guerra FrÃa. AsÃ, Che. Una vida revolucionaria también sostiene que, contrariamente a lo que muchos han dicho, Castro trató de ayudar a Guevara en su última y desesperada aventura guerrillera en Bolivia. La investigación de Anderson también fue lo que permitió descubrir los restos mortales del Che en Bolivia, que fueron trasladados a Cuba en 1997, 30 años después de su muerte.
En las casi dos décadas transcurridas desde la publicación del libro, en el tiempo que le ha quedado mientras cubrÃa, entre otras, las guerras de Irak, Afganistán, y Congo, la Venezuela chavista, la violencia en las favelas de Brasil, o el contacto con el mundo exterior de comunidades de la Amazonia que siguen aisladas en pleno siglo XXI, Anderson ha seguido escribiendo de Cuba. El periodista, que ganó en 2005 el Premio Reporteros de EL MUNDO, se ha convertido asà en uno de los mejores conocedores de la cambiante realidad de la isla.
- ¿Cuál es el legado de Fidel Castro?
- El padre de la patria cubana de los últimos 60 años se ha muerto. Nada será igual. Por más que los cubanos se han ido acostumbrando poco a poco a su condición de anciano y mortal en la última década, la desaparición fÃsica de Fidel los deja sin su figura patriarcal y, además, se va, finalmente, la dimensión mitológica de la Revolución. De ahora en adelante, Cuba será más como las otras sociedades modernas: mucha economÃa, poca mÃstica. Si Raúl administra bien su polÃtica, el legado de Fidel puede servir como un potente piedra de toque nacional ante posibles nuevas embestidas de Estados Unidos cuando Donald Trump sea presidente. Porque, al final, el gran legado de Fidel es eso: con sus luces y sus sombras, fue el máximo defensor de la soberanÃa cubana.
- Fidel se ha muerto y Raúl tiene prevista su retirada en poco más de un año. ¿Qué les espera a los cubanos polÃticamente?
- El rumbo está trazado. Raúl dimitirá en el 2018 como presidente a favor del delfÃn Guillermo DÃaz Canel [actualmente, primer vicepresidente del Consejo de Estado] pero mantendrá el cargo de primer secretario del Partido Comunista. Es decir: seguirá siendo el jefe de facto por un tiempo más para fortalecer la transición der poder. Si Donald Trump aprieta mucho, y la creciente inseguridad en las relaciones entre Cuba y EEUU continúa y se agrava, serÃa posible que Raúl se mantuviera como presidente más allá de 2018. Pero, sea como sea, lo que está claro es que el Partido Comunista seguirá siendo el organizador polÃtico único legal en Cuba en el futuro próximo.
- Un aspecto del que cada vez se habla más es de la reforma económica. ¿Qué va a pasar sin Fidel Castro?
- Depende mucho de la polÃtica que promueva Donald Trump una vez que esté en la Casa Blanca. Si Trump procede a revertir la polÃtica de distensión de Obama -como ha amenazado tras la muerte de Fidel- , las cosas en Cuba podrÃan ponerse mucho más difÃciles desde el punto de vista económico. Eso pondrÃa a La Habana ante una decisión difÃcil. Una opción serÃa mantener la polÃtica actual de apertura al mercado internacional, pero sin Estados Unidos, y buscar otros socios, como China. Pero no se puede descartar que se encierre como hizo Fidel después del colapso de la URSS, en el llamado PerÃodo Especial [una época de racionamiento que técnicamente no ha acabado, pero que tuvo sus momentos más duros en la década de los noventa].
- Pero, al margen de lo que pase en EEUU, ¿cuál es la intención de Raúl Castro?
- Por ahora, todo indica que Raúl seguirá con la polÃtica de apertura de la economÃa, pero siempre con el control del Estado, que seguirá siendo el principal socio de las empresas conjuntas con capital privado extranjero.
- Sin Castro, ¿la corrupción en la isla va a crecer?
- Fidel fue siempre muy severo en su polÃtica anticorrupción. De momento no se puede vislumbrar un cambio polÃtico en ese sentido, a pesar de la relativa apertura económica emprendida por Raúl. El reciente apretón a los dueños de paladares [el nombre popular de los restaurantes privados en Cuba, que atienden sobre todo a los turistas] sugiere que el Estado intentará seguir con sus polÃticas anticorrupción. Pero, dadas las peculiaridades de la economÃa del paÃs, y la necesidad que existe en la isla, siempre habrá corrupción en Cuba. Y, en la medida en que se abra al mercado, habrá más.
- Pero ¿quién tiene el poder en Cuba? ¿El Ejército? ¿Los Castro?
- Raúl Castro es presidente del Consejo de Ministros y primer secretario del Partido Comunista de Cuba. Eso ya lo dice todo. Respecto a lo que pueda pasar en el futuro, me remito a mis explicaciones anteriores.
- Texto: PABLO PARDO (EL MUNDO)
- Foto: GONZALO ARROYO