agosto 24, 2018

‘Bots’ y ‘trolls’ rusos, tras el movimiento antivacunas

Cuentas falsas publican hasta un 75% más de mensajes pseudocientíficos que el usuario medio Sigue leyendo

Varias cuentas gestionadas por ‘trolls’ y ‘bots’ (bulos malintencionados y mensajes difundidos por máquinas)  generados en Rusia se dedican a difundir información falsa en redes sociales con el objetivo de avivar el debate en torno a las vacunas, según ha confirmado un estudio liderado por la Universidad George Washington (GW) publicado el pasado jueves en la revista American Journal of Public Health.El equipo implicado en la investigación descubrió varias cuentas de Twitter creadas expresamente para difundir mensajes masivos sobre distintos temas, al examinar miles de tuits publicados entre julio de 2014 y septiembre de 2017. Según los expertos, durante estos años difundieron hasta un 75% más de información pseudocientífica que el usuario medio.

Los ‘bots’ de Twitter influyeron hasta en un 3’23% en la victoria de Donald Trump durante las elecciones presidenciales de Estados Unidos del año 2016, y en un 1’76% a favor de la marcha de Reino Unido en la votación del Brexit, según un estudio de la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER). Se trata de los mismos ‘trolls’ que respaldan el movimiento antivacunas, según alerta la investigación encabezada por la Universidad George Washington (GW), en la que también participan expertos de la Universidad Johns Hopkins y de la Universidad de Maryland, Estados Unidos.

“La inmensa mayoría de estadounidenses confía en las vacunas, pero el hecho de observar Twitter da la impresión de que el debate todavía está muy abierto”, ha asegurado en un comunicado David Broniatowski, profesor en la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la GW y coautor del estudio, llamado Weaponized Health Communication: Twitter Bots y Russian Trolls Amplify the Vaccine Debate. El origen de muchos de los tuits antivacunas no está claro, según los expertos, que creen que pueden ser ‘bots’, usuarios humanos o cuentas hackeadas. “Aunque es imposible saber exactamente cuántos tuits fueron generados por cuentas falsas, nuestros resultados sugieren que buena parte del movimiento antivacunas puede estar siendo generado por actores maliciosos con objetivos maliciosos”, sostiene Broniatowski.

Los difusores de información falsa “parecen usar los mensajes antivacuna como cebo para atraer a sus seguidores a hacer clic en enlaces hacia sitios web peligrosos”, asegura Sandra Crouse Quinn, profesora en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Maryland. Esto explica que se esfuercen en compartir hasta tres veces más contenidos antivacunas que el promedio de usuarios de Twitter, según la experta. “El contenido que promueve la exposición a virus biológicos también puede promover la exposición ante virus informáticos”, ironiza Crouse Quinn.

Algunos de estos ‘trolls’ rusos emplean tácticas bastante sofisticadas. El estudio publicado en American Journal of Public Health encontró durante su búsqueda cuentas que habían publicado la misma cantidad de tuits a favor y en contra de la vacunación. Además, los investigadores encontraron más de 250 tuits sobre este tema creados por cuentas vinculadas a la Agencia de Investigación de Internet(IRA, por sus siglas en inglés), una empresa respaldada por el Gobierno ruso que paga a sus trabajadores por ‘trollear’ las redes y cuya actividad ha sobrepasado la línea de la legalidad.

Los expertos detectaron el uso de un lenguaje muy estudiado en las publicaciones que pretendía vincular la vacunación con temas sociales controvertidos, como las desigualdades económicas y raciales. Estos ‘trolls’ parecían reabrir el debate en torno a las vacunas “para erosionar la confianza en ellas”, según cree Mark Dredze, miembro del equipo investigador. El experto añade que este tipo de actividad expone a todo el mundo al riesgo de sufrir enfermedades infecciosas porque “los virus no respetan las fronteras nacionales”, concluye Dredze.

UNA FÁBRICA DE ‘TROLLS’ RUSOS

La Agencia de Investigación de Internet (IRA) es una empresa rusa experta en las operaciones de influencia en Internet. Propiedad del empresario Evgeny Prigozhin, alias ‘Chef de Putin’, por sus fuertes lazos con el presidente ruso, la compañía ofrecía sueldos superiores al promedio por escribir y publicar información falsa en la red. Se dedicaban a crear cuentas falsas en las principales redes sociales y foros de debate para influir en la opinión pública acerca de temas polémicos, como el Brexit, la victoria de Donald Trump o el movimiento antivacunas. El pasado mes de febrero, un jurado estadounidense acusó a tres entidades rusas, incluida la IRA, de violar leyes penales para interferir en los procesos políticos estadounidenses.

  • Texto: IRENE MOLLÁ (EL PAÍS)
  • Foto: ULY MARTÍN
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