noviembre 6, 2015

De la campaña del miedo a los sincericidios

En los últimos días varios referentes de Cambiemos blanquearon la idea de implementar políticas antipopulares en caso de llegar al poder. Sigue leyendo

Hacer una campaña sucia o de miedo es, entre otras cosas, mentir sobre lo que haría un competidor en caso de llegar al poder.

¿Qué tipo de mentiras? Por ejemplo alertar que ese contrincante implementará medidas antipopulares pero que no las enunciará públicamente hasta después de la elección para evitar la fuga de votos.

Para ser más concreto, campaña sucia es afirmar sin ningún tipo de pruebas que un oponente, en caso de triunfar, hará disparar el dólar y las tarifas, quitará subsidios, no mejorará los sueldos ni las jubilaciones, etc., etc., etc.

Esos señalamientos eran, de hecho, los que venía haciendo el Frente para la Victoria sobre su competidor Cambiemos, lo que le valió al oficialismo la condena de algunos sectores políticos, sociales y económicos.

Sin embargo, los recientes sincericidios del equipo de Mauricio Macri, confirmaron que, lejos de ser una campaña de miedo, aquellas afirmaciones tenían visos de realidad.

La primera en blanquear esas medidas antipopulares fue Gabriela Michetti. «No podemos estar pagando la luz, el gas y hasta el transporte como lo estamos pagando. Son precios irrisorios», expresó hace unos días la candidata a vicepresidente.

Algo similar manifestó Carlos Melconian, uno de los principales asesores económicos de Macri. «Estamos por un lado con la necesidad de llevar el gas a los precios que corresponde para ir terminando con los subsidios», dijo.

El controvertido economista fue más allá esta semana cuando, al evaluar la falta de fondos del Banco Central, negó la posibilidad de una suba futura de sueldos y jubilaciones.

Por esos golpes sin anestesia es que Macri lo había reemplazado de la escena pública por Alfonso Prat Gay, cuyos modos son ostensiblemente más diplomáticos.

No obstante ello, este joven ministeriable no anduvo con vueltas a la hora de afirmar que meterá manos en el sistema cambiario, suscitando indefectiblemente una devaluación del peso. «Subiremos el dólar oficial, que prácticamente no afecta a nadie», tiró la bomba tratando de minimizar su impacto.

Otro que descorrió el velo de los proyectos de Cambiemos fue Juan José Aranguren. El coordinador energético de Macri puso en duda que YPF siga siendo estatal y quitó relevancia a la soberanía energética.

«Hay que evaluar el plan de negocios de YPF para poder recomendar o no la continuidad de este tipo de administraciones. Además, no es relevante recuperar el autoabastecimiento y la soberanía hidrocarburífera”, señaló sin cabildeos el ex presidente de la multinacional Shell.

En definitiva, las palabras de Michetti, Melconian, Prat Gay y Aranguren ayudan a configurar mejor el perfil Macri y revelan que lo que da miedo no siempre son las campañas sino que a veces son las propuestas.

  • Texto: Diego Schurman (Infonews)
  • Foto:
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