agosto 13, 2018

«Los que votaron contra la ley ahora son responsables de las muertes por abortos clandestinos»

Ginés González García cruzó duramente a los diputados y senadores que se opusieron al proyecto de interrupción voluntaria del embarazo Sigue leyendo

«Los legisladores que votaron contra la ley ahora son responsables de las muertes por abortos clandestinos

No es fácil dar con Ginés González García. O está dando cursos o está arengando en algún set de televisión en defensa del aborto legal, gratito y seguro. Es una bandera que levantó incluso siendo ministro de Salud de Néstor Kirchner, hace quince años, y que le valió, tanto entonces como ahora, una dura crítica de la Iglesia.  «Aunque esta semana se impuso el oscurantismo más temprano que tarde va a salir la ley de interrupción voluntaria del embarazo»,  aseguró a Infobae del otro lado del teléfono.

—¿Y por qué cree que el Senado la rechazó?

—Con el resultado de la enorme expectativa y la enorme fuerza que se movilizó, la enorme cantidad de opiniones y de gente que se comprometió seguimos igual que antes. O sea, no pasó nada. Esa es la conclusión del voto de los senadores. Los senadores escucharon, pese a que escucharon desde los ministros anteriores, el ministro actual, la evidencia mundial, lo que hace los países del primer mundo, los por qué de las razones,……………..ninguna de esas cosas superó a sus sistema de creencias, sus compromisos locales y religosos. Legislaron en función de sus creencias y no de las evidencias, lo cual, obviamente, tiene un sesgo que perjudica a la gente.

—¿Y cómo sigue la historia para aquellos que pugnaban para que se apruebe la ley?

—Lo positivo es que esta misma gente, que se opuso a todas las leyes, y se opone a que se cumplan, la de salud sexual y procreación responsable del 2002, vos sabés lo que me costó a mí esa ley, y lo que cuesta todavía que se había la difusión de la información y de los insumos, en segundo lugar la educación sexual. Hay varias provincias que todavía se niegan a la ley, lo mismo que a la primera que te conté, de la misma manera que hay varias provincias que se niegan, y es muy difícil, al hacer abortos por causales, que tiene casi 100 años en la Argentina, con una ampliación y aclaración por parte del famoso fallo Fal de la Corte. El problema de la Argentina que tuvo yo y que se tiene todavía hoy es que en realidad no se cumple la ley. Y algunos caracterizados políticos dijeron que, sea lo que sea, no iban a cumplirla. O sea, tampoco pensaban cumplir la ley. En esas circunstancias no es fácil. Hay una situación de incumplimiento de las leyes. Hay provincias y municipios que ya dijeron que fuera lo que fuera esta ley no la iban a cumplir, y tampoco las anteriores, que son de prevención del embarazo no deseado, son la prevención del origen del aborto inseguro, involutario.  Es una cosa espantosa.

—Pino Solanas dijo que, a pesar del revés legislativo, se ganó la batalla cultural. No lo veo en esa línea. No lo veo decir lo mismo.

—¡Yo sí digo eso! Y lo digo porque se generó una masa crítica extraordinaria, quizás el viento fresco más lindo que ha tenido la democracia en estos tiempos, en un país que tiene a la calle como protagonista, que hace tiempo que no tenía, en defensa de una causa común, de una causa solidaria. Ese ha sido un gran triunfo. Pero convengamos que cuando vos tenés legisladores que no miran eso, y siguen diciendo las barbaridades que dijeron para justificarse, te agarra un poco de desencanto. Ahora ¿cuál es el camino? El camino es seguir en esa movilización, en esa energía, porque vos sabés que eso va a triunfar, porque sos jóvenes. Lo que uno quiere es que sea cuanto antes porque es una medida de salud necesaria, y cuando se hace más tarde, más allá de que, yo estoy segudo que va a salir, tarde o temprano, porque Argentina no se va a quedar siempre en el último mundo. Va a querer hacer lo que se hace en los primeros mundos, pero lamentablemente vamos a perder un tiempo. Por supuesto que estoy confiado totalmente que la ley va a salir. Estos no van a resistir la batalla de la elección próxima. Esto va a ser un tema que ellos van a tener que descomprimirlo como sea, por eso salieron a decir ahora de hacer una despenalización. Pero la despenalización no sirve para nada porque de hecho ya funciona así. En la realidad ya no hay ninguna pena, los jueces no la quieren aplicar. Acá hay que legalizar porque la legalización saca el miedo. El miedo es lo que hace que no se busque la información ni se acerquen a los servicios públicos pero además incorpora las técnicas modernas en la interrupción voluntaria, que son con medicamentos, son simples, son baratas. son seguras. En cambio, ahora se sigue haciendo cualquier cosa, además de mantenerse un mercado negro, pero se siguen haciendo cosas peligrosas, donde, además, no se termina con la inequidad que hay en este tema. En un país tan inequitativo van a seguir, las que tienen dinero, de una manera, y las que no tienen dinero, de otra manera. Y, por supuesto, las consecuencias van  a ser absolutamente distintas. Chicas que van a sufrir, y se van a morir, se van a internar, las que se van a empobrecer, van a ser, las chias vulnerables, las pobres.

—La escritora Claudia Piñeiro dijo que los legisladores que votaron en contra van a ser responsables de las muertes producto de abortos clandestinos ¿Coindice?

—Totalmente, porque lo que podrían haber hecho para que esto disminuyeres o se terminara no lo hicieron. Y lo hicieron teniendo la información de lo que pasa en sus propias provincias. Además sin tener la más mínima alternativa. Las alternativas que dieron fueron no, no y no.

—Para usted son responsables de esas muertes futuras.

—Pero por supuesto. Esos legisladores son responsables de las muertes por abortos clandestinos. Yo no lo quise decir mucho pero lo siento así. Se arrogaban ser defensores de la vida pero lo que han defendido es la muerte, lo que han defendido es que siga la muerte.

—¿Le gustó algún discurso de los legisladroes?

—LosEl de Pichetto, Lospentato, Lipovetsky, Luenzo, Martínez, de Cordoba. Fueron discursos de hombres de Estado, del interés común.

—Para usted la reforma del Código Pena definitivamente no sirve

—Noooooooo. Es una propuesta para descomprimir la enorme culpa que siente el gobierno.. El gobierno generó una enorme movilización social para terminar, por supuesto con responsabilidades todos pero especialmente la coalición gubernamental fue la que dijo que no. Las primera figuras del gobierno nacional fueron las que se opusieron, llámese Rodríguez Larreta,. Videl, Michetti, Carrió. Yo no sé cómo van a soportar esa carga en la próxima elección. Probablemente, y creo que es lo que están intentando hacer, es no tener tanta carga y por eso dicen que van a sacar la despenalización.

—Hay un sector de Cambiemos, encabezada por el diputado Lipovetzky, que propone una consulta popular vinculante

—Y lo hacen porque se dan cuenta que esto ha sido muy pesado y no quieren sobrellevar este peso. El tema es cuando no tienen voluntad política. La figura emergente más importante de ellos, que es Vidal, dijo que se sentiría aliviada si no sale la ley, y la vicepresidenta festejó que no salga. Ellas quieren que la situación siga como hasta ahora, que siga muriéndose la gente.

—¿Cómo tomo el rechazo de Michetti al aborto, incluso en los casos de violación?

—Me pareció de una crueldad extrema. Más allá del papelón, la verdad me pareció cruel. MIchetti hasta resulta graciosa por las macanas que hace pero en esto me pareció de una crueldad extrema. Tanto en eso como cuando festejó.

— ¿Le reconoce a MacrI haber abierto un debate?

—No creo que la palabra correcta sea reconocimiento. Yo realmente creo que ellos hicieron, como tantas otras cosas, tirando algún tema para distraer en el medio de un lío que tenían. Ellos tenían en ese momento el escándalo de Caputo, o alguno de esos escándalos de los funcionarios y de sus maniobras, y de sus dineros afuera, etcétera. Eso fue el origen. Lo que hizo Macri no me pareció que fuera una cuestión de fondo. Ni siquiera una intención democrática de debate. Por eso no hablo de reconocimiento. Lo que pasa es que después se generó una enorme energía y se destapó una presión que estaba ahí en la sociedad. Yo cuando fui ministro dije que faltaba la legalización. En ese momento no causó ninguna cosa especial en la acción pública. Y ahora sí. Y vuelvo a decir: me pareció un viento fresco sobre la sociedad argentina, que ha sido históricamente de movilizaciones.

—En la sociedad no pero sí en la Iglesia. Se armó un revuelo con el obispo castrense Baseotto

—Síiiiii, claro. Yo hice ese reportaje. Me fui a Japón, donde iba a inaugurar el protocolo de Kioto, sobre salud y ambiente. Y se armó un kilombo bárbaro.

—Entonces la Iglesia fue dura ¿Y ahora?¿Cambió algo?

—No. Yo creo que jugó muy fuerte. Creo que esta vez hicieron una unión con los evangelistas, y jugaron muy fuerte a dos niveles. Por un lado abajo, metiendo terror, diciendo que la ley iba a matar gente, con lo cual la gente se asusta porque la hacen sentir asesina, y por otro arriba, sobre los poderes, con actitudes terribles. Todos lod Tedeum del 9 de julio, las expresiones de obispos de distintos lugares, la solicitud al presidente de la Nación para que, en caso de que saliera la ley, la vete. Esta vez, a diferencia de los tiempos en que fui ministro, la Iglesia tuvo un activismo más fuerte. En aquél caso lo que sucedió fue algún obispo que me amenazó, y la actitud de muchas provincias para que no se aplicaran los programas que ya eran ley. Ahora hubo aprietes a nivel nacional para que no hubiera ley.

—¿Cómo juzga el papel del radicalismo, que es un partido de tradicional laica?

—No sé cómo los legisladores van a explicar lo que hicieron a su juventud radical, a su tradición laida, a sus antecedentes alfonsinistas. De 12 senadores sólo 3 a favor y el resto en contra. El 75 por ciento de los senadores de un partido laico, histórico, nacional, cercano a la gente, votó de esta manera.

—También es cierto que Cristina Kirchner, siendo presidenta y con mayoría en las Cámaras, tabicó el debate

—Yo no puedo saber lo que no sé.

—Le aseguro que tabicó el debate

—Ella jamás me dijo alguna cosa sobre lo que yo decía o sobre lo que yo hacía.

—Pero ella hizo pública su oposición. Y algunos legisladores kirchneristas, en confianza, decían que ellos estaban a favor pero que no podían avanzar porque Cristina estaba en contra.

—Insisto, a mí no me dijo nada. Lo que pasa es que cuando yo me fui vino esa troglodita, la bestia de la cucaracha esa, de Ocaña, y después Manzur. Con esos dos poco había para hacer.

—Aún si fueran lo que usted dice, fueron los ministros que eligió Cristina.

—En mi caso no puedo decir que haya tenido algún tipo de presión. Es más, cuando se armó el lío con la Iglesia, no con ella, pero estando ella presente, yo se lo pregunté al presidente Kirchner si quería que yo morigerar mi actitud, porque yo peleaba en todos lados, armaba kilombo, me peleaba con todo el mundo defendiendo la legalización. Y Kirchner me dijo «no, vos seguí haciendo lo que tenés que hacer». Esta es mi visión.

—Lo cierto es que se cajonearon los proyectos existentes.

—Yo le digo una cosa. Teníamos tres leyes que no se aplicaban, intentar entonces una cuarta ley era difícil. Y la lucha era cuerpo a cuerpo, muy dura. Lo que quiero decir, pensando como un hombre de Estado, nos costaba una barbaridad aplicar las leyes, teníamos resistencia. Después de que me fui no hubo ningún movimiento muy fuerte de querer plantear la legalización. Pero también esta semana Cristina dijo en el Senado que cambió de opinión. Pero a mí no me inhibieron en nada. Lo que no hizo es porque no lo hice yo.

—¿Por qué cree que Cristina cambió de postura?

—Habían dicho que la convenció su hija y ella dijo que no, que fueron los pibes y este gran movimiento social. Yo creo que un política tiene que escuchar a la gente. Y Cristina escuchó. El problema es el resto, que no escucha nada y sigue con lo que cree, lo que le enseño la relgión o lo que el cura quiere, qué se yo.

—¿Cómo interpretó las palabras de Rodolfo Urtubey, quien, en un discurso enredado,dijo que «hay casos en los que la violación no tiene violencia sobre la mujer»?

—Yo lo conzco a Rodolfo. Sabía que iba a votar en su convicción religiosa, lamentablemente. Pero me parece que es un tipo formado e inteligente que no quiso decir la barbaridad que pareció que dijo.

—¿Cree que en medio de este debate hubo una «revolución de las hijas»?

—Síiiiii. Yo lo viví en varias provincias. Yo le decía a varios senadores: «vos vas a entrar contento a tu provincia pero vas a tener problemas para entrar a tu casa». Se reían pero sabían que era así. Hay un corte generación que también asegura que esta ley va a salir. Lo que pasa es que no queremos que pase una generación completa para que esta suceda, sobre todo por el daño que podemos evitar. No lo estoy diciendo como un objetivo libertario, o simplemente como un objetivo del derecho de la mujer. Lo estoy diciendo con la responsabilidad primaria de alguien que se dedica a la salud. Evitemos muertes evitables, evitemos dolores evitables. Evitemos internaciones evitables. Hagamos lo que hace todo el mundo. Acá no hay que buscar ninguna receta rara. Pero bueh, ahí estamos.

—El ministro de Salud actual, Adolfo Rubistein, también aportó datos contundentes para defender la necesidad de legalizar el aborto

—Sí, claro. Y algunos colegas tuyos le están pidiendo la renuncia.

—¿Por el hecho de no coincidir con ellos?

—Como no salió la ley un ministro que apoyaba la ley no puede seguir. ¿Usted se da cuenta lo que es el fanatismo? ¡Mamma mía !

—¿La ley sale el año que viene?

—No lo sé, no lo sé. Esto va a ser un kilombo de campaña. Pero sinceramente no lo sé. Pero va a teñir la campaña. Hay muchos tipos que me dicen «yo creía que había que hacerlo pero en mi provincia no puedo». Me lo han dicho dos o tres senadores. No me pida el nombre. Pero hay u na paradoja, porque el respresenta a la población son los diputados. Y estos no representan a la población. La provincias que votaron por el no, desde el punto de vista de la población es mucho menos a los que votaron por el sí. Sin embargo, se rechazó la ley. Una paradoja.

—Si asume mañana como ministro de Salud ¿cuál es la primera medida que toma?

—(se ríe a carcajadas) Me meto de cabeza en esto, en los programas que ya son leyes y empiezo a difundir, a hacer campañas de esclarecimiento público, a llenar de insumos…. En el primer año de salud reproductiva… en el 2003 yo creo que compré más profilactivos y anticonceptivos que los que se vendían en la Argentina en todo el año. Hice una campaña feroz con todo eso. Eso sería lo primero para dar vuelta la opinión pública, la conciencia pública. La prevención de embarazo y de transmisión sexual. Esto hay que hacer, pero hay varios Albinos en esto.  Estos locos dejaron de repartir profilácticos en muchas provincias. Y lo propio hizo en la Nación en el ministro anterior. Cortó el programa. Rubinstein lo está tratando de salvar Ha vuelto la sífilies. Escuchen bien lo que voy a decir: yo estuve en el conurbano anteayer. Fíjense el número en dos partidos del conurbano: el diez por ciento de las embarazadas tienen sífilis. ¡Están locos! Volvimos al siglo XX,

—¿Quiénes son los locos?

—¡ Los Albinos! Ahora salió otro, en Mendoza, a decir que Albino tiene razón. No son cualquiera Este Albino es del Opus Dei. No es sólo su pensamiento tarado. Son locos. Lo de Baseotto conmigo fue por el profiláctico. No es nuevo esto.

—¿Usted dice que ahora estamos peor que antes?

—Peoooor. Mucho peor porque se ha relajado la antención pública, porque no hay difusión, porque no hay casi no hay educación y porque el programa de salud sexual funciona medianamente.

—¿Pese a Rubinstein?

—Rubinstein está intentando levantar todo esto pero no lo levantó. Preguntelé a las provincias si tienen todos los insumos. Preguntá si tiene publicidad. Fijate las pelotudeces que dicen las publicidades del gobierno ¿Usted vio alguna que tenga que ver con enfermedades de transmisión sexual? ¿Y de embarazo no deseado?  Y eso que ahora todo mejoró mucho tecnológicamente, porque hoy ponés un anticonceptivo intradérmico, lo que las chicas dicen el «chip», y dura varios años. Te ponés un DIU y también dura muchos años. Justamente si vos terminás con el miedo, si se legaliza todo, se acerca, en el caso de un embarazo no deseado, se produce lo que se tenga que producir, pero además de ahí que adherida, y queda cuidandosé para no volver a repetirlo este tema. Esta es la razón por la cual, cuando vos legalizás, en uno, dos o tres, año, no el primera año, empieza a bajar, porque empieza a acercarse al sistema de salud. El problema de cómo está ahora, más allá de que se despenalice, es el miedo. Sigue siendo delito, nada más que no te condena. Y además, no te condenan hoy, pero sigue siendo delito. Y algunos dicen probation, trabajo extra. O sea, están diciendo, delito pero con algo de culpa, con algo de pago.

—Gracias por la entrevista

—Espero no armar lío con lo que dije.

  • Texto: DIEGO SCHURMAN
  • Foto:
EL GMAIL DE DIEGOSCHURMAN