septiembre 1, 2020

ULANOVSKY: «La radio no necesita salvarse a través del podcast»

Declaraciones de Carlos Ulanovsky al programa Sobremesa Sigue leyendo

ENTREVISTA COMPLETA
Ustedes saben, estamos cerrando la semana de los festejos de los 100 años de radio y yo creo que se vuelve ineludible la invitación a Carlos Ulanovsky, de los tipos más amables y solidarios que uno puede encontrar en este mundo tan competitivo como es el mundo del periodismo. Carlos es un gran profesional, es escritor, es periodista, insisto, es un gran compañero de trabajo, y no lo digo de oído, lo viví personalmente hace 30 años en la redacción de Página 12. Y decía si alguien se ocupó de hacer una semblanza sobre la radio, sobre la evolución de la radio esa persona fue Carlos Solanoski que acaba de lanzar su nueva criatura, su nuevo libro: «36500 Días de Radio». Un tipo que, además, ya venía escribiendo varias cosas, «El Histórico, Días de Radio», «Paren las Rotativas», «Redacciones», me parece que la profesión va por dentro, que es un libro de experiencias personales… ahora viene con «36500 Días de Radio» y de esto vamos a hablar, seguramente, en los próximos minutos. Cómo estás, Carlos?

Cómo te va, Diego? Si, realmente nos conocemos hace mucho y no nos vemos tanto, pero me alegro de escucharte.
 
A mi también, me alegra escucharte, me alegra que hayas tenido mucho protagonismo en estos días a propósito de este libro, porque tiene que ver con la vida de todos. Yo estaba evocando en esta semana mucho momentos de radio, y lo que me daba cuenta es que buscaba muchos momentos de mi vida más que la radio en sí. Porque asociaba el sonido de alguna voz, el sonido de alguna música, alguna cortina, con esos momentos que uno atravesaba pero, si yo te tengo que preguntar, así genérico: Qué es la radio? Qué me contestas?
Primero que nada la radio es un medio de comunicación extraordinario, pero, digo, la radio tiene algunas virtudes que son ineludibles para quienes practicamos este arte, me refiero a la cercanía, a la calidez, a la confianza, al vínculo, al reconocimiento que hay otro que te está escuchando, y no encuentro una mejor palabra para responder a tu pregunta que: La radio es compañía. Imaginate esto: Un oyente que llama a la radio y te dice -seguramente te habrá ocurrido, estoy seguro- dice. «Hola, Diego. Hoy es mi cumpleaños, festejamelo». Qué quiere decir eso? Quiere decir que esa persona le está pidiendo a la radio que lo acompañe, por diversas circunstancias que nos podemos imaginar. Pero, le está pidiendo eso a la radio, o también: «Diego, se me cortó el gas», y entonces vos le decís: «Pero, hombre, por qué no llama a la empresa?», «-No, porque en la empresa no me van a escuchar, me va a atender una máquina y yo lo que quiero es que ustedes me escuchen.» eso. La capacidad… la radio pone en juego la capacidad de escucha, y eso me parece que es una forma de definirla.
 
 
Sí, y te integra, la vida cotidiana de cada uno de los oyentes, sos parte, te integran, te piden un favor y lo hacen público y, efectivamente, es como una gran familia. Ahora, escuchaba ayer que Larrea decía, o te decía, que la radio es plebeya, el origen, es una radio plebeya, por quienes la escuchaban, que fue tomado por la clase media y baja, por la música popular que en algún momento empezó como a copar la parada, y se transformó en algo efectivamente, una compañía, pero en un medio sumamente popular. Vos fijate que, además, estoy pensando, le salió la competencia a la radio, y no fue competencia, ahora tenemos la redes, internet y demás, pero la radio se mantiene en pie.
Seguro, sí. No sé cuál es la pregunta.
Lo que te decía era si el origen, como decía Larrea en su momento, la radio es plebeya, si vos crees que esto tiene una inserción, sobre todo, en las clases populares?
Mira, desde que se fundó la radio en 1920, hubo grandes momentos, la radio tuvo grandes momentos. Por ejemplo; entre 1935 y 1960, yo ubico la época de oro de la radio, en donde la radio repartió todo, entretenimiento, esparcimiento, diversión, humor, fantasía, vibró a la par de un país que quería soñar, que quería cantar, que era considerado el Granero del Mundo, hasta le enseñó a hablar a los inmigrantes, imaginate. Ahí, una de las secciones del libro nuevo es «Cartas de Amor a la Radio», y por lo menos dos de ellos, Rottemberg y Hugo Presman, cuentan que les resultó importantísimo a él, Rottemberg y a los padres de Hugo, la radio para aprender el idioma argentino. Esto alguna vez me lo recordó Canela que había llegado de Italia, o me lo recordó Ben Molar por sus padres inmigrantes, la radio también tuvo hasta esa misión, hasta esa tarea. Seguramente le interesó a las clases bajas, pero también tengo el dato este: el primer gran éxito masivo en la radio es «Chispazo de Tradición», 1930/1931, es un radioteatro de tono campero ideado por un inmigrante español, José Gonzalez Pulido, y en ese momento, las grandes tiendas porteñas, tuvieron que instalar altoparlantes adentro de las tiendas porque las mujeres, las principales clientas de las tiendas, no iban porque no querían perderse el capítulo de «Chispazo de Tradición». Y esas mujeres no eran, a lo mejor, precisamente, de clase tan baja, no? Así que yo creo que la radio cruzó a todas las clases sociales. Hubo radios como… a partir de la creación de Radio del Estado en 1967 y aún antes Radio Municipal y Radio Provincia, difundieron, prácticamente, el repertorio completo de la lírica, de la música, de la ópera, del Teatro Universal, y eso me parece que también fue formador de muchas generaciones y de muchas clases sociales.
Ahora, hay una radio haciendo un tremendo trazo grueso de antes y de ahora. Yo creo que una de las características es que antes los conductores eran locutores, estoy pensando en nombres propios como… Larrea, Carrizo, el propio Bravo, Victor Hugo, Cacho Fontana. Eso se fue modificando con el paso del tiempo, vemos que los conductores no son, precisamente, locutores. Eso es bueno, eso es malo, es mejor, es peor, es simplemente distinto?
Era natural, eran locutores, estudiaron para eso, se recibieron, adquirieron esa experiencia, pero los tipos crecieron, uno seguramente, no se puede imaginar que Fontana se quedó en el momento en que terminó su carrera como locutor. Y ahora, quiénes serían los conductores? Algunos periodistas decís vos?
Claro. Son por ahí periodistas quienes son… el laburo de locutor, para vos eso al oído, cuando escuchas, te hace ruido, te es indistinto, cómo te llega eso?
Me llega normal, lo veo como una cosa normal, me parece que en algún momento la radio se ha convertido en un tinglado absolutamente dominado por la información, por la actualidad, hoy en la mañana, en la noche, prima un género que es el magazine, hay magazine a las 6 de la mañana y hay magazine a las 10:30 de la noche. Y siempre cuento esto quien escucha radio en la Argentina, puede decir que está modicamente informado, a lo mejor no lee diarios, o no lee revistas y no mira televisión, pero si sólo escucha radio, puede decir: «Bueno, sé lo que pasa en el mundo, sé lo que pasa en la Argentina.», después, acerca de la calidad de esa información podemos discutir 3 años, pero, más o menos, sabe qué es lo que está ocurriendo en el mundo, la radio lo pone en valor de actualidad, así que, tampoco me asombra que a partir de determinado momento, los conductores hayan sido periodistas. Pero también, digo, Larrea hace periodismo todavía, lo escuchas en su programa y alguna información tira, y cuando no la tira él, la tiran los especialistas que están en la mesa.
Sí, claro. No lo decía en desmedro de los locutores, al contrario, a mi me parece que le dan un papel interesante en cuanto bastoneo donde hacían relucir a los columnistas en algún momento que tenían ahí en el piso, pero que hoy se ha cambiado un poquito el rol, el funcionamiento. Pero es simple, me parece que es un cambio, una evolución de lo que es la radio, a algunos les gustará menos, a otros les gustará más. Yo en todo caso sí, lo que diviso, que me da la sensación, no digo que transitara en estas dos radios, soy más bien, miembro de esta última generación, sí veo un proceso de precarización, todo los integrantes de un programa, productores entre ellos, los veía muy ávidos de conseguir de información en otra época, y esto significaba llamar, tomar cafés, a la vieja usanza. Y hoy, me parece, que los portales son como la guía inmediata para buscar información… que se replica, se ve información, el productor de radio llama a partir de lo que ve en ese portal, y eso se transforma en una nota que en verdad ya había salido en el portal y que se repite al aire, me parece que es como poco juego propio, me parece, una sensación, pero diviso bastante esto.
Diego, sobre este tema, sobre el tema de la precarización creo que podemos hablar un día entero, me parece que la precarización es uno de los grandes dramas que afecta a todos los medios en Argentina, y también, a la radio. Y hay un símbolo en esto, en el caso de la radio. La radio emblema de la época de oro de la radio que es LR1 Radio El Mundo está fuera de aire hace un año y medio, los últimos misionarios se la devolvieron al Enacom, y todavía está la 1070, la LR1 está fuera del aire, así como está fuera del aire Radio América y, prácticamente todas las AMs, y todas las FMs, tienen problemas económicos y financieros, eso también es otra de las características, hay muchas radios quebrantadas económicamente, que tienen en su elenco a figuras periodistas, como vos decís, y que tienen un rol de auspiciantes que esas radios envidiarían, porque son más poderosos los… es más poderoso el rol de auspicio que tiene el periodista que las posibilidades financieras de la radio.
Sí, exactamente. Bueno, vamos a una vuelta de página de cómo están funcionando las radios. Vamos a hablar un poquito de memoria emotiva, pero te invito para hacer una suerte de inflexión en este programa, algo que tiene que ver con mi memoria emotiva, porque yo escuchaba este tema en el programa de Larrea, que en verdad lo escuchaba desde mi pieza, cuando mi viejo a la mañana tempranito, iba y se afeitaba. Y era un tema que a mi me evoca a la radio y es ese tema que es… «nana nana na nana», un tema maravilloso, que lo asocio con Larrea, pero para mí este tema es de la radio, lo escuchamos y…
La cortina de Rapidísimo.
La cortina de Rapidísimo, exactamente. Te invito a escucharla, acompañarme, nada más son 2 minutos, y después seguimos hablando, y ahora si, nos metemos de cabeza, de lleno, en tu libro «36500 Días de Radio».
 
 
Bien, seguimos con Carlos Ulanovsky, periodista, escritor. Y vamos a introducirnos un poco en la excusa por la cuál lo estamos convocando, en verdad tenía muchas ganas de hablar con él. Sacó un libro, a propósito, los 100 años de la radio, que se llama «36500 Días de Radio». Incluso yo, que tiene que ver con la cantidad de días en estos 100 años, pero cómo se te ocurrió este nombre?
Bueno, el nombre, curiosamente, me lo dió mi nieto. Tengo 2 nietos, Bruno de 14 años… yo estaba hablando con la madre, y él agarró el teléfono y dice: «Abuelo, 100 años son 36.500 días». Y ahí vi el título, ahí lo vi. Y entonces, ahora, en los agradecimientos, le puse… se lo dediqué como todos los libros se los dedico a ellos, a mi familia, le puse: «A Bruno, te debo el título del libro, campeón».
Que grande. Y ahora, siempre muy metido sobre la actualidad, sobre lo que se hace en las redacciones, en la radio particularmente, me parece que guardas la memoria de la radio, esa memoria que uno va perdiendo sobre lo que ha pasado, y están en tus libros. Qué te gustó en este laburo? Qué fue lo que más te sedujo? Qué te sorprendió haciendo este libro, estos «365000 días de Radio»?
Cuando… el otro libro, «Días de Radio», salió hace 25 años, y cuando lo hicimos, la idea fue hacer una especie de manual del alumno, te acordas los manuales con los que estudiábamos?
Sí, claro.
Y en los manuales de algún modo estaba todo, presuntamente, todo. Y este, es un libro que respeta absolutamente la información y la cronología, pero, me parece que en este libro predomina más la memoria emotiva. Y me permití cosas que no me pude permitir en el otro, que era más de registro de hechos. Este libro tiene opinión, por momentos, tiene crítica, tiene decisiones editoriales como el recurso del aporte de otras miradas, de secciones como… otra sección que se llama «Me Pasó Mientras Estaba al Aire», en donde un montón de gente de radio cuentan ese tipo de anécdotas, a la manera de botellas al mar que nos ocurren muchas veces y que, seguramente, te habrán ocurrido cuando estabas al aire.
A ver, por ejemplo, matar a una persona que ya se murió, haber comunicado… sí, sí, nos ha pasado cosas de ese estilo, de anunciar la muerte de una persona que había muerto un año atrás, esos errores garrafales, que esa duda de si esa persona está viva o no, te llega la información que murió, se dio al aire en la velocidad de urgencia, en la necesidad, o en la creencia de que tenes una primicia, y metes la pata de una manera infernal, sí, nos han pasado muchas de esas cosas.
Muchas veces, pero bueno, yo siempre digo esto también «Si hoy tu programa no te salió perfectamente como vos habías soñado, la radio te da revancha, y el próximo programa va a salir mejor, así que no hay que preocuparse». Y además, eso, si la radio tuviera una sección de fe de erratas sede de ratas, bueno, sabes cuantas horas ocuparía eso?
 
Hay muchos… laburé mucho tiempo con Bravo, que tiene una sección de furcios, que va acumulando y que a fin de año pasa los furcios y se ríe de él mismo, cosa que me parece bien. También hay que desacralizar un poco el medio, nos confundimos,  somos humanos y además, de todos los medios, es uno de los que no tiene filtro, yo que vengo de la gráfica, vos también, muchos años en gráfica, vos sabes que el texto vos lo miras, lo relees, hay un editor, puede haber una tercera mirada, está el corrector, y en la radio vos te tiras a la pileta y lo que sale, sale.
Así es.
A ver, hay algo que si,  vos por ahí que sos más de la vieja escuela que te quería preguntar, que algo a mí me hace ruido y no me gusta mucho, me parece que se pierde mucha magia que es una cosa que pasa en estos tiempos que es la radio filmada, hoy la radio la podes ver por un canal de televisión. Hay algunas radios que se filman y vos en vez de ponerlo en la radio, prendes la tele y escuchas y miras. Te gusta eso?
No, por supuesto que no me gusta. Es otra consecuencia de la precarización, es el modo que encontraron empresarios de que por el mismo precio, salgan al aire por radio y por televisión. Desde ya que no me gusta. Pero, la radio, por alguna cuestión, se ha convertido, en muchos aspectos, en la hermanita discapacitada de todos los medios. Porque no sólo la han lastimado en el reparto de la torta publicitaria, también fue afectada por mordiscones a su agenda natural. Hace mucho tiempo quienes les marcaban la agenda eran los diarios y revistas, luego, las agencias de noticias, luego las cableras, después llegaron las señales de noticias en televisión y como en cada estudio de radio hay 1 o 2 monitores, eso también marca agenda, porque el conductor le dice al productor: «Quiero eso, quiero eso, eso que está saliendo ahora en Crónica o en C5N». Y últimamente, le marcan agenda las redes sociales, entonces eso, inevitablemente, le hace perder identidad a la radio. Que es un medio con enorme identidad.
Ahora, los pibes, estoy pensando en mis hijos, uno arriba de los 20, mi hija debajo de los 20, pero los 2 por ahí… A veces los escucho prendidos con un podcast, más que escuchando el vivo, buscando lo que quieren escuchar en momentos exactos. Esto atenta contra la radio, atenta contra el vivo, contra la espontaneidad, o decís que es por una nube pasajera y que la radio se va a mantener viva?
No, se me ocurre preguntarte si los chicos tuyos te escuchan a vos?
No, no escuchan. Escuchan un tipo de radio con la cuál yo siempre confronto, pero porque, a ver, yo vengo de una escuela de gráfica muy ligada al periodismo, y a mi me inquietan mucho esos programas donde pasan 10 minutos y no hay una información, pasa media hora y no hay una información, son 4 personas por ahí, no personas jóvenes, personas grandes, pero que hablan como jóvenes, a mi me hace mucho ruido eso, y por ahí te cuentan alguna anécdota personal, y transcurrieron 40 minutos de programa, y no hay información. Por ahí vengo más de la escuela de la vieja AM, donde hay todo el tiempo información, y a mi me gusta esa radio, y es la radio que trato de hacer todo el tiempo, y mis hijos por ahí están más inclinados a escuchar otro tipos de radio.
Te puedo dar una respuesta. Una respuesta sería decirle a los jóvenes, como alguna vez yo escuché: «El tango te va a esperar, y la radio también te va a esperar», hay algún momento en que los jóvenes también se van a sentir necesitados de la compañía de la radio. Y, por otro lado, el género del podcast no va a salvar a la radio, creo que va a ser una cosa interesante, novedosa, pero la radio no necesita salvarse a través del podcast. Pero, por ejemplo, yo participé en mesas redondas en donde muchos afirmaban que los jóvenes ya no escuchan radio y entonces yo preguntaba: «Y qué escuchan?», «-Spootify», «-Spootify?». Entonces daba un ejemplo: viajo en el bondi, no ahora porque uno no viaja, pero viajo en bondi o viajo en el subte, y veo jóvenes conectados a algo, que no sé exactamente qué es. Y de repente sonríen y de repente sonríen más, es evidente que están escuchando radio, no creo que una canción los haga sonreír. Pero bueno, puede ser. Yo creo que sí, que los jóvenes escuchan radio, tienen sus programas. La radio también ha evolucionado mucho desde el lado de los jóvenes. A ver, desde el rock and pop, desde Pergolini, desde Lalo Mir, desde radio Bangkok, ahora. Digo, me parece que la radio ha generado oferta juvenil, así que, insisto, para los que no escuchan, para los que no la descubrieron todavía, hay que decirles; «La radio te va a esperar».
Lo voy a decir, me dejas mucho más tranquilo. Nosotros estamos armando, para esta segunda media hora del programa, precisamente, 2 bloques, donde vamos a recuperar, por ahí, esas voces de los programas más tradicionales y un segundo bloque con esa radio un poquito más descontracturada que, en algún momento estaba más vinculada a la FM, como vos mencionabas con Pergolini, radio Bangkok, me parece que hay como muchas escuelas, muchos motivos, yo sigo abierto a varios de estos tipos de programas, sí es verdad que termino como te decía antes, escuchando por ahí una AM con mucha información, ahora hay mucha FM , sobre todo a la mañana, con información al estilo de la vieja AM, pero con un temita en el medio y demás. Bueno te quiero agradecer, contame hay alguna presentación en el marco de esta pandemia, con las características que tiene esta pandemia, hay alguna presentación para 36500 Días? Que es tu libro, sobre la radio, editado por el Grupo Octubre, está pensado algún tipo de presentación?
La presentación fue el viernes… el jueves, el mismo día de la radio, a las siete de la tarde y la verdad que fue una linda presentación, la manejó Teté Coustarot, estaba Victor Santa María, María Seoane, Mikki Lusardi y el maestrísimo Héctor Larrea, y como decían los locutores de antes; y quien te habla.
Pero digo, en el ruedo, a lo largo del año tenes algún tipo de presentación virtual, además de la formal del libro? Viste que uno presenta el libro y después lo empiezan a llamar. Está la Feria del Libro que ahora no va a estar, hay algo pensado de acá a fin de año para darle recorrido a este libro en el marco de una pandemia que hace toda nuestra vida de manera inhabitual? 
La presentación del jueves fue virtual, así que, todo lo que se presente, ahí estaré.
Bueno, acá había otra vidriera también, para la gente que está escuchando, pueda saber de qué se trata un poquito, lo asomamos, lo spoileamos tampoco, es reciente, pero habla de la radio, de eso que tanto nos gusta, de «36500 Días de Radio» de Carlos Ulanovsky, a quien le agradezco infinitamente, hace mucho tiempo que no hablábamos, de estar aquí con nosotros. Te mando un abrazo enorme, Carlos.
Igualmente, Diego, que estés muy bien, y creo que tendrías que hablar seriamente con tus hijos, y decirles que te afecta que no te escuchen.
Te agradezco, Carlos.
Un abrazo.
 
Un abrazo enorme.
  • Texto: DIEGO SCHURMAN
  • Foto:
EL GMAIL DE DIEGOSCHURMAN